El renting es una estupenda forma de ahorro económico para las empresas frente a otras opciones de financiamiento como el leasing o los préstamos. Si tomamos el caso de una financiación al uso, tendríamos que considerar las cuotas periódicas y otros gastos como: comisiones, gastos de gestoría, impuestos, averías, revisiones y mantenimientos, etc. Algo que no pasa con el renting, ya que con una cuota fija mensual se incluyen todos los servicios contratados. Esto representa una gran oportunidad de ahorro en tiempo y recursos en trámites engorrosos; además que simplifica la gestión de flotas, obteniendo servicios de calidad.

En otras palabras, el renting es un alquiler que, no necesariamente, incluye la opción de compra y en el que está incluido el mantenimiento. El arrendatario (cliente) tiene la obligación de devolver el bien al finalizar el contrato. Este alquiler lo puede realizar todo tipo de personas físicas o jurídicas, e incluye un servicio integral que abarca todos los puntos relacionados con el uso del bien.

El procedimiento para comercializar el producto inicia con la compañía de renting que compra el bien nuevo y, a solicitud de su cliente, lo pone a su disposición por un plazo de tiempo determinado, con todos los gastos incluidos. En el caso del renting de vehículos se debe tener en cuenta que se incluyan los mejores servicios que identifique la empresa, en los cuales podría estar el mantenimiento, reparación de averías y las revisiones marcadas por el fabricante durante el tiempo de duración del contrato.

Si has llegado hasta aquí y aún tienes dudas de cómo el renting puede impulsar la operatividad de tu empresa, contáctanos y te ayudaremos.